Diego García, el Twanguero, es uno de los mejores guitarristas del panorama internacional. Acostumbrados a verlo acompañando a grandes músicos como Andrés Calamaro o Diego el Cigala, también presenta sus propios discos en solitario. Tras “Argentina Songbook”, donde revisitaba clásicos de la música argentina, desde el tango de Piazzolla al rock de Spinetta, llega un nuevo álbum del Twanguero, donde la guitarra twang evoluciona en la fusión, deliciosamente, hacia el contexto musical de los pachucos, un movimiento social latino de los años 40 y 50 en torno a los barrios obreros de los Estados Unidos.

Producido por Candy Caramelo y con portada diseñada por el mexicano Jorge Alderete, Diego García presenta “Pachuco”, un disco donde el swing, el mambo, el rockabilly, el bolero y la música surf se hacen uña y carne en las cuerdas de la Gibson de Diego. Los ritmos caribeños y el surf se funden en las versiones de algunos temas de Pérez Prados. El sabor añejo del bolero se desenvuelve sutil y exquisito en canciones como “Cherry Pink”, otras, con percusiones soberbias, dan un toque de velocidad a un disco hecho para mover las caderas, agitar una copa o mover el pie sentado en la barra, cada uno según su medida, pero eso sí, manifestando el toque festivo de este conjunto de canciones.

Para ello ha contado con un plantel de músicos de lujo: sus compañeros en la banda de Andrés Calamaro y otros proyectos, José el niño Bruno (batería) y Candy Caramelo (bajo); el percusionista Moisés Porro y el excelente trompetista cubano Manuel Machado.

Un disco de baile y desenfreno, con un sonido espectacular, que desde la primera canción hasta el último acorde del disco te arroja hacia un abismo de ritmos latinos bailables y elegantes.

La canción que cierra el disco, “Calavera Cream” es una rumba, con tintes flamencos y latinos… ¿será una pista del próximo destino del Twanguero en su afán por fusionar estilos con su sonido twang?