• Mar. Feb 18th, 2025

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Hay discos que nos transportan a lugares concretos, a calles, a bares, a plazas. “Cantando en balde” huele a Madrid, a Libertad 8, a un domingo en la Latina, a un atardecer en el Templo de Debod, a un paseo por la Plaza de Oriente.

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Miguel Dantart y Kiko Tovar, las cabezas pensantes (y manos tocantes) que se esconden bajo Cronopios, son dos habituales de la escena “cantautoril” en Madrid. Primero en solitario, después con los “Cinco tristes tigres”, Dantart y Tovar han llenado de canciones salas como Galileo Galilei, café Barbieri y, sobre todo, Libertad 8, donde son fijos cada mes.

 

Tomando su nombre de un cuento de Julio Cortazar, Dantart y Tovar hacen un disco “cronópico” a más no poder: idealismo y sensibilidad corren a raudales por las ocho canciones del álbum. “Cantando en balde” es un canto (cómo no) a la música popular en su máxima amplitud. Partiendo de la canción de autor, Cronopios construyen canciones que están por encima de los géneros, que ganan por su cercanía, por su sencillez, por su calidez, por su ironía. Cronopios se quejan y denuncian (“Le monde diplomatique”), pero con el humor como única bandera. Dedican tonadas a esos “famas” del mundo musical (“Circo ambulante musical”), se enamoran en versión 2.0 (“Tebé Tecú”), y son dejados (“De cómo me olvidé de ti”, bellísima).

 

Anuncian nuevo disco en breve. No sean “famas”, ni “esperanzas” y estén atentos. Los “Cronopios” pueden aparecer por cualquier parte.

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