La noche la abrieron los mexicanos Apolo, que fueron la antesala de una velada rockera. Los cuatro miembros tocaron unos temas enérgicos e intensos que nos hicieron saltar desde el primer instante.
Su ánimo exacerbado se contagió entre todos los asistentes y nos entusiasmamos con sus letras políticas, cachondas y potentes, además de algunos momentos románticos entre el vocalista y alguna chica del público que se llevó una caricia. Fue un concierto breve, pero que sirvió para ponernos a tono el cuerpo para recibir a Sexy Zebras. Desde luego, si Apolo no vuelve, nos presentamos en el mismísimo Chihuahua.
Sexy Zebras ofreció una actuación espectacular. Sus instrumentos y letras taladraban el centro de nuestra frente y nos empezaron a agujerear desde el interior. Sus canciones ya sabemos que no pasan desapercibidas, pero si a esto le sumamos una puesta en escena energérrima y un juego de luces muy realzador, tenemos un resultado extasiante.
Hicieron sonar sus temas más conocidos, pero dos momentos puntuales marcaron la noche. El vocalista de Apolo subió al escenario para tocar con el trío “El semental”. El hit ganó mucha fuerza con la incorporación del artista y la sala ganó mucho peso. Hasta tal punto que el mexicano pudo tirarse hacia el público en mitad de la actuación y ser devuelto al escenario. Típica escena de película, pero en la Sala X e improvisada. El segundo gran momento al que me refiero es cuando al final de la noche al escenario subieron dos oyentes con caretas de Donald Trump para ilustrar uno de los temas más políticos del grupo. De nuevo, estos se lanzaron a la pista con un resultado positivo.
Todo esto conformaba un espectáculo dinámico, divertido y pasional con el que el público colaboró activamente. Es uno de los rasgos más característicos de Sexy Zebras: te lo da todo y sin exigencias se lo devuelves instintivamente. Por lo tanto, el flujo de energía fue constante durante las dos horas que duró el concierto. No todo fue éxtasis porque también tuvimos un momentillo para relajarnos de la mano de la eléctrica de José Luna.
En definitiva, esperamos un pronto regreso porque Sevilla necesita que de vez en cuando le metan caña.