Cuando Gerard Alegre y los suyos, El Último Vecino, se subían al escenario, pocas eran las personas que conocían al grupo que estaban a punto de ver. Media hora después, se bajaban del escenario aplaudidos y con un buen puñado más de fans. No inventan absolutamente nada, pues sus referentes están muy claros: Golpes Bajos, Décima Víctima, algo de OMD por aquí, otro de New Order por allí y una actitud en el escenario que recuerda en sus movimientos a Ian Curtis, pero tienen canciones tan buenas que es lo de menos. Una tras otra iban cayendo todas las canciones de su fantástico disco de debut: Qué más da, Riscas, Los nuevos vecinos, Un sueño terrible.. hasta su nuevo “single”, el muy coreable Tu casa nueva, con un estribillo de esos que se pegan como chicle al cerebro y no puede dejar de tararear. Sin apenas descanso, cerraban Los ángeles y Tú no estás asustado, con la gente entregada al baile y todo en lo más alto para recibir a los cabezas de cartel. Van dos conciertos que les veo, y ya solo pienso en un tercero.
Sin mucha espera, el panorama cambiaba radicalmente: de los bailes de Gerard pasábamos a la quietud extrema de Ariadna (ya tiene que ser difícil controlar el más mínimo movimiento de mano o que un pie se te vaya con el ritmo). Los Punsetes aparecían en el escenario al son de los guitarrazos de Nit de l'Albá. Sería esa la tónica del concierto: Antonna llevando las canciones a un punto de intensidad y ruido mayor que en el disco, mientras Ariadna soltaba los arponazos que son las letras del grupo. De su nuevo álbum, LPIV, destacaron por encima de todo Museo de historia natural y el doblete, pues sonaron prácticamente juntas, de Amanece más temprano y Arsenal de excusas, capaz de mirar en su parte final cara a cara a La caja del diablo de Los Planetas; referencia siempre presente en el concierto, con esas guitarras tan del estilo de Florent, como la que suena en Tan lejos, tan cerca, posiblemente el mejor riff de la carrera de Los Punsetes.
No se olvidaron del brillante pasado del grupo, sonando canciones de todos los discos publicados por la banda, siendo especialmente coreadas Alférez provisional, Los cervatillos, Dinero, Dos policías y una siempre inmensa Maricas que dio paso a la traca final del concierto: Tus amigos y el single de su nuevo disco, Me gusta que me pegues, con la sala botando mientras gritaba, y ya suena raro:
Me gusta que me pegues, me siento importante,
encuentro tus hostias, fascinantes
Y así, con una buena hostia, se fueron del escenario sin el bis de rigor (sí señor, basta ya de bises calculados y pensados de antemano). Un gran concierto, dos grandes grupos y ésta, como cantan Los Punsetes, “mi opinión de mierda”.
Fotos: Susana Pinzón