VIERNES 31
La primera actuación que vimos durante la jornada del viernes fue la de Go Go Berlín, que inauguraron el escenario principal, situado en frente al Teatro Stage. Estos daneses nos hicieron pasar un rato divertido gracias a su entrega y entusiasmo con su guitarreo ochentero que en directo nos resultó más cañero que en disco. Sin embargo esto no fue lo que ocurrió con el dúo We Cut Corners. No suscitaron interés alguno, lo cual hizo que la gente aprovechara para ir a los stands de merch, discos y comida (muy decentes todos los stands, tanto de comida como de bebida y demás, hablando un poco de todo).
Y, llegó la hora de que se subiera al escenario la que para nosotros fue la mejor actuación del BIME 2014: La gran Imelda May. Bajo su nombre escrito con sangre en la pantalla que hacía las veces de lona, aparecieron ella y su banda caracterizados de terror para celebrar la Noche de los Muertos. Abrieron con “Tribal”, presentación oficial de su último y triunfante disco de estudio, y a partir de ahí todo fue energía y sensualidad sin parar. Esta mujerona se comió al público con su perfección vocal, su simpatía y la seguridad que derrocha encima del escenario. Nos hizo pasar un rato maravilloso que nos supo a poco, ya que no llegó a la hora. Aunque a decir verdad, tres horas nos seguirían pareciendo poca cosa. Ardemos en deseos de verla de nuevo. ¿Qué tal en el Azkena Rock atardeciendo? 😉
Imelda May dio el paso a Thurston Moore, presentando “The Best Day”, su disco en solitario que sinceramente, nos parece una rallada experimental. Nos resultó un concierto bastante molesto por su distorsión y cacharreo, pero aún así no podíamos apartar la mirada del escenario. Hasta que volvimos a nuestro ser cuando llegó el turno de Macy Gray, que nos presentó buena parte de su último álbum “The Way”, mostrando su lado más soul acompañada de un elegante traje de lentejuelas brillante y una boa de plumas azul. Esta mujer tiene clase de los pies a la cabeza y nos regaló un momento brillante versionando “Creep” de Radiohead.
Tras esto, nuestro cuerpo ya pedía marcha y juerga sin parar, por lo que fuimos al Stage 2 a ver a Bassement Jaxx. Felix Buxton y Simon Ratcliffe hicieron que nuestras caderas se nos fueran solas con su big beat, gospel y drum&bass hasta el punto de acabar saltando como locos al igual que toda la brigada que les acompañaba, que les hicieron quedar en un segundo plano debido a su frenesí bailongo sobre el escenario.
Y finalmente llegó la hora de los cabezas del cartel que muchos estaban esperando. Hablamos de Placebo. Empezaron el concierto con “B3”, “For What It´s Worth” y “Every You Every Me”, lo cual fue un presagio para los allí presentes de que nos íbamos a quedar medio vacíos al final del setlist. Y así fue. En definitiva, la mayoría de canciones que tocaron fueron las de su disco más plano y monótono, que es el menos apreciado por sus fans sin duda. Pero bueno, a pesar de los pesares y de la insatisfacción general de la mayoría de la audiencia, la ejecución de los temas fue precisa y el sonido de 10 hizo que no dejáramos de disfrutar por ello.
Con esto pusimos fin a la primera jornada para dar paso 24 horas después al gran sábado, el día más animado del festival, congregando así a 10.788 personas para contemplar actuaciones como las de Billy Bragg, La Roux, The National, The Orwells, The Kooks, La M.O.D.A, y Mogway entre otros.
SÁBADO 1
Así que decidimos inaugurar el sábado con los burgaleses La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A). Abrieron el escenario grande a las siete de la tarde ante una espléndida audiencia con la que cantaron temorrios como “Los Hijos de Johnny Cash”, “Vasos vacíos” o “Nómadas”. Su mezcla de rock & roll, folk, pop y punk gana enteros en directo y fueron realmente disfrutables, como siempre que hemos tenido la oportunidad de verles.
Y seguimos la segunda jornada con The Orwells, la joven formación procedente de Chicago. Comparados con The Strokes, esta banda suena clásica y contemporánea a partes iguales, además de tener un derroche de actitud insuperable. Gracias a todo esto y a sus canciones de invierno y una versión de Elliott Smith, dieron un concierto muy bueno. A diferencia de Mando Diao, que se les ha ido la mano con el toque del pop de los Ochenta y ahora pecan de petardeo, cuando antes tenían un punto rockero interesante y que no hacía falta perturbar de esta manera en pos de la evolución.
The Kooks sin embargo lo hicieron mucho mejor sin hacer nada del otro mundo. La mayoría de temas de su setlist pertenecían a su último álbum, "Listen". Nos ofrecieron un concierto divertido con un sonido rotundo y junto al kali y su directo haciendo un repaso de la música popular británica, pasamos un rato agradable.
Acto seguido fuimos corriendo a ver al genial Billy Bragg: uno de los cantautores con más estilo y actitud del mundo. Además, tuvimos la suerte de verle en el Teatro que tanto nos encantó, por lo que fue un gozo absoluto. Entre su setlist destacamos “Sexuality”, “All You Fascists”, “Power ina Union”, “I Keep Faith”, “Sexuality”, “A New England” o la versión del “I Ain’t Got No Home” de Woody Guthrie. Y, entre canción y canción, no dejó de mencionar aspectos actuales de política internacional, dejando claro su apoyo a Podemos en las Elecciones Europeas. En nuestra humilde opinión, verle fue lo mejor del sábado.
Y llegó la hora de los que eran el mayor reclamo de todo el festival: The National, con la participación de Surfjan Stevens sobre el escenario, aunque no se movió de un segundo plano. Teníamos muchas ganas de verles en directo y más aún sabiendo la fama de enérgico-que-se-golpea-con-el-micro del cantante, Matt Berninger. Por eso, y por poder disfrutar en directo de temorrios como “I Should Live in Salt", "Alligator", "‘I Need My Girl", "Boxer" o "Graceless". En líneas generales nuestra médula no pudo resistirse a su cautivadora esencia.
Y cuando ya pensábamos que nos íbamos a ir a dormir porque la fiesta estaba más que acabada, nos topamos con La Roux, que resultó ser la guinda del pastel con su synthpop bailongo ejecutado de forma impecable hasta decir basta. Así que finalmente acabamos la noche meneando las caderas y soltándonos las melenas a ritmo de canciones como "In For The Kill", "Sexoteque", "Kiss And Not Tell" o su mayor hit “Bulletproof".
En fin, como ya he dicho antes, ha sido un finde redondo, y si algo tenemos muy claro es que volveremos a repetir en la próxima edición, cuya celebración por cierto ya ha sido confirmada. Porque nos encanta Bilbao, los txácolis, lo bien organizado y montado que está el sarao del BIME y por último y no por ello menos importante, por la música.