Desde primeras horas de la mañana, los seguidores del artista aragonés se fueron congregando en la puerta de la Plaza de Toros para así conseguir los mejores sitios. Con mucha puntualidad; a las 20:00 se abrieron las puertas y, a las 22:00, daba comienzo el concierto. Cerca de dos horas y media de rock, en las que unas 3.500 personas pudieron disfrutar de las canciones del último disco de Bunbury, Licenciado Cantinas, y de un repaso por su amplísima discografía en solitario.
Tras una pequeña introducción con El mar, el cielo y tú, a cargo de Los Santos Inocentes, el zaragozano salía al escenario, enfundado en un traje rojo con una enorme calavera en la espalda, para continuar con Llévame y El Solitario, ambas pertenecientes a su último trabajo. Con el público y el artista totalmente entregados, la Plaza de Toros terminó de levantarse con el Reverendo Rebenaque colgándose el acordeón para interpretar El Extranjero, uno de los temas más populares entre los fans de Bunbury.
Ódiame, Los habitantes, Que tengas suertecita, El hombre delgado que no flaqueará jamás¨… fueron algunos de los temas que también sonaron esa noche; con Bunbury comiéndose el escenario, sin parar un segundo.
Después de dos bises, llegó el momento de la despedida, al sonar los primeros acordes de …Y al final. La noche acababa con un balance indudablemente positivo, y es que siempre vale la pena la espera para ver al que, sin duda, es un ARTISTA con todas las letras.
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