Amaral se encuentran en la recta final de su gira por nuestro país; tres últimos conciertos antes de partir hacia Latinoamérica con su último trabajo. El primero de ellos fue este pasado martes en la madrileña sala La Riviera, donde el grupo zaragozano se presentó ante casi 2.500 seguidores. Lo que queda: una segunda fecha en Madrid, el jueves 18 de octubre, y un último concierto en Barcelona, el día 20; ambos habiendo colgado el cartel de sold out.
Cerca de las 21:15, con unos minutos de retraso, las luces de La Riviera se apagaban y, con All Tomorrow’s Parties de The Velvet Underground a modo de introducción, daba comienzo el concierto. Hacia lo salvaje y Esperando un resplandor fueron los temas encargados de abrir un show de más de dos horas de duración en la que sonó íntegro el último álbum del dúo, además del repaso obligatorio por el resto de su discografía.
El universo sobre mí, Kamikaze y Moriría por vos serían las siguientes canciones en sonar antes de que Eva Amaral, Juan Aguirre y su banda continuaran desgranando los temas de su más reciente trabajo. Como un martillo en la pared, Hoy es el principio del final, Si las calles pudieran hablar, Montaña Rusa y Riazor sonaron durante todo este bloque del concierto, intercaladas por algunos de sus grandes éxitos. Todo ello, después de que Eva agradeciera al público su presencia en esa noche de martes “para vencer la batalla al fútbol”.
Llegado este punto, todos abandonaron el escenario excepto Juan Aguirre que, acompañado de su guitarra y Jaime García Soriano, interpretaba Tardes en un pequeño set acústico, que continuó con Eva volviendo al escenario para cantar Robin Hood sentada en el borde, cerca de aquellos que disfrutaban del concierto en las primeras filas.
Tras este breve paréntesis, la sala volvió a llenarse de energía y el concierto siguió con un segundo bloque en el que sonaron temas como Olvido, que Eva dedicó a la memoria de su madre, la imprescindible Días de verano, e incluso se atrevieron con una versión de Have You Ever Seen the Rain? de Creedence Clearwater Revival… para “terminar” con En sólo un segundo en un final apoteósico.
Gritos de “otra, otra” resonaron por toda la sala, procedentes de un público que había estado totalmente entregado desde el primer momento. Tras unos instantes, Eva y Juan volvieron al escenario con Rogaciano el Huapanguero, un sentido homenaje a la recientemente fallecida Chavela Vargas. Sin ti no soy nada y la más rockera Revolución cerraron el penúltimo bis del concierto, con una Eva comiéndose el escenario y acercando el micrófono al público de las primeras filas.
Por última vez, volvieron a salir al escenario para interpretar la melancólica Cuando suba la marea, una de las mejores canciones de este último trabajo, que puso el broche final al concierto. No se trataba de un “adiós”, sino de un “hasta luego”. A nadie nos gustan las despedidas; y es que, después de ese derroche de voz, buena música, actitud, profesionalidad y saber estar en el escenario, era imposible no quedarse con ganas de más.
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