La noche del 27 de mayo, Estrella Morente llega a Sevilla, de la mano del diario de Sevilla. Desde la recepción del teatro se preveía un ambiente de glamour y gala, las acomodadoras del teatro regalaban claveles rojos para las mujeres a la entrada.
Una vez colocados y dispuestos a disfrutar del espectáculo nos percatamos de que a Estrella le arropa una orquesta compuesta de 27 músicos, se prevé que la noche promete.
No se demora mucho la cosa, a las 20:00 indicaban el inicio del recital y a las 20:04 se empiezan a apagar las luces y a colocarse los músicos, acto seguido, comienza una voz en off, hablando de la copla, de Estrella Morente.
Comienza el Acto primero.
Aparece vestida con bata de cola azul eléctrico con adornos dorados con movimiento de abanicos interpretando “Madrina”. Le continúa “Antonio Vargas Heredia” y “Rosío” con ese timbre y esa peculiar manera de cantar que tanto la caracteriza.
“La niña de Puerta Oscura” le sigue donde Estrella no parece una cantaora flamenca, parece una coplista de antaño, su interpretación es magnífica, repleta de miradas, poses, su actitud es de coplera.
Con “Amante de abril y mayo” arranca aplausos del respetable, la canta con garra, ella abandona el escenario, la orquesta se queda interpretando un instrumental “Suite coplas” donde se proyectan imágenes de cantaoras antiguas, algunos cantaores, partituras musicales de coplas. En definitiva, recordando las más grandes del género y haciendo un homenaje magnífico con una orquesta muy acertada.
Muy interesante y estupendos los arreglos del maestro José Enrique De la Vega, director musical. La gente lo reconoce a mitad del instrumental con varios bloques de aplausos, hasta en cuatro ocasiones. Los músicos agradecen el gesto al público presente levantándose y saludando.
Continúan con los sones de “El día que nací yo” y aparece Estrella de nuevo, con una bata de cola distinta, completamente de blanco, con cuatro rosas en su peineta, dos rosas blancas y dos rojas. Le cierra una sonora ovación.
“Triniá” es la siguiente obra que interpreta Estrella, con movimientos compaginados de abanico con la música que la orquesta interpreta. “Miedo” cantada con más rabia, saca su garra, su portento vocal y es ahí donde parece que pone más verdad a la hora de interpretarla, se va para regresar con “Yo soy esa” y acabar el primer acto coplero al cien por cien.
Comienza el acto Segundo.
Con una «Introducción flamenca» con una mesa flamenca y haciendo compás con tres flamencos tocando por bulerías, dos cantando y uno de ellos bailándoles donde se prevé que empieza algo muy bueno.
Aparece Estrella, ya sin bata de cola, un vestido negro, una declaración de intenciones, desde ya nos dice que lo que viene no tiene nada que ver con lo anterior, más bien todo lo contrario, más flamenca, en su esencia, se le nota que ahora si está ella donde ha estado toda su vida, dos guitarras, palmeros y voz, no necesita más.
El teatro ahora si que si se rinde a sus pies.
Estrella se arranca por tangos granaínos, donde ya tiene al público en el bolsillo. Se nota a la hora de aplaudir que aumenta la intensidad de los aplausos.
Finalizan los tangos y se van todos, siguiendo a Estrella al lateral de bambalinas para que vuelva de nuevo la orquesta para interpretar un instrumental “Suite clásicos españoles”.
Primero el maestro Alejandro Cruz al piano, y seguido el resto de los integrantes de la orquesta, de nuevo un vídeo de partituras, fotos en blanco y negro, escenas de películas españoles de la época donde la copla era un género en auge, imágenes de Federico García Lorca.
De nuevo aplausos a mitad de la interpretación, tras las notas de “El Amor Brujo” de Manuel de Falla vuelven los aplausos.
Repiten una magnífica interpretación de la orquesta y unos arreglos de dulce.
Aparece Estrella, con una bata de cola de nuevo, negra, nada de peinetas, con el pelo suelto, dando una imagen más desgarradora, más auténtica, más mujer, para interpretar “¡Ay pena, penita, pena!” donde vuelve con esa interpretación tan característica del género coplero. Interpreta “Poema de soledad” donde se lo deja todo, el público se pone de pie, le llueve literalmente una lluvia de claveles rojos. El momento más emotivo de la noche sin lugar a duda, Estrella agradece al público sevillano antes de despedirse con “Suspiros de España” el pasodoble nacional por excelencia. Se la nota alegre y mas suelta en este final del recital de copla.
Saca a escena a Justo Salao (Rey de las batas de cola) modista al cual le debe las batas de la noche y recibe un ramo de rosas rojas, a Estrella se la ve feliz, con el trabajo hecho, dándole a la copla un sito, donde con Estrella Morente la copla no se pierde, ha logrado con su inconfundible sello, sin degenerar en absoluto, darle un nuevo giro a la copla, donde la esencia no se pierde.
Con Estrella Morente la COPLA en mayúsculas.