Nocturama. 19 Agosto
CAAC (Sevilla)
Por Jose L. Rodríguez-Mera Rguez.
Fotos: Lidia de Dios
Un pedacito de historia. Christina Rosenvinge nos hizo vivir un momento histórico a los que asistimos a su concierto en el Nocturama. Así de rotundo, así de cierto.
No puedo empezar esta crónica más que por el final, pues como regalo al público sevillano (“siempre que vengo a Sevilla me pasan cosas buenas” dijo en un momento del concierto), Christina volvió a tocar en directo, más de una década después, Voy en un coche, tema de Christina y los Subterráneos del año 1992, con la que la artista se nos “hacía mayor” tras su etapa junto a Álex de la Nuez en Álex y Christina.
Una de esas canciones que marcan una época y que la artista tenía abandonada en el fondo de su cajón de canciones. Hasta el otro día. Esto puede servir como resumen de cómo se sintió la artista sobre el escenario sevillano: risueña durante todo el concierto, feliz, cómoda con la banda y entregada a un público que no paró de piropear y aplaudir a cada momento. Felicidad encima y enfrente del escenario.
Con nuevo disco recién publicado, “Lo nuestro”, el noveno de su carrera en solitario, Christina demostró que es una artista consolidada, que domina la escena y lleva las canciones por el camino que más le conviene. Así pudimos observar cambios en temas de su álbum “Tu labio superior” como Eclipse o Las horas, a los que llevó a territorios más cercanos al pop/rock con tintes más oscuros de su último trabajo.
Alternando guitarra y teclados, la inicial Alguien tendrá la culpa, tan deudora de PJ Harvey (sin duda una de las claras influencias de su último trabajo), marcó la línea argumental del concierto, muy marcado por las canciones del mencionado “Lo nuestro”, destacando Segundo acto, Absoluta Nada o Romeo y los demás, uno de los temas más delicados del disco y del que hay que destacar las brillantes letras, quizás las mejores de su carrera.
No faltaron visitas al pasado como Tok tok ( de “Continental 62”) o Mi vida bajo el agua y Debut de “La joven Dolores”, un álbum quizás incomprendido o grandes clásicos como ya son Anoche, el puñal y la memoria o la siempre soberbia La distancia adecuada, con ese verso que dice “esa señorita que rima conmigo y que te ronda siempre alrededor, es tu favorita…”, dedicado a quien todos sabemos y que siempre me hace esbozar una sonrisa maliciosa. Una canción redonda.
El sonido potente y oscuro por el que ha optado en esta gira la Rosenvinge destacó sobremanera en el cierre del concierto, con La muy puta, con ese inicio tan de banda heavy y ella en plan frontwoman estelar, por primera vez sin tocar instrumento alguno y paseándose por el escenario micro en mano mientras canta al paso del tiempo y la decrepitud y La tejedora, canción de la que dice sentirse especialmente orgullosa (y que la vuelve a acercar a PJ o incluso Yoko Ono) y cuyos gritos sonaron potentes y provocadores en la noche sevillana.
El bis, muy solicitado, nos trajo La canción del eco, otra de las joyitas de “Tu labio superior” y claro, retomando el inicio de esta crónica, Voy en un coche, donde sin duda se notó la brecha generacional; mientras los más jóvenes (minoría en el concierto) no eran conscientes del momento, aquellos que se sitúan en torno a los 40 no dejaban/mos de cantar, con una sonrisa en la cara, el “dile a papá que me voy de la ciudad, dile a los chicos, que no volveré más”. Broche de oro a una noche en la que Christina Rosenvinge enamoró a una ciudad de la que ella afirma sentirse enamorada. Quizás por eso nos regaló un pedacito de historia. ¡Gracias!