Llegamos al ecuador de Nocturama sin noticias del verano pero disfrutando de la programación con gusto y calidad que caracteriza a Nocturama Sevilla.
Sé que es manido decir eso de…pues yo la vi cuando éramos 4 gatos pero eso precisamente sucedió con Carmen Boza cuando años atrás presentaba en un Monkey Week su primer disco, la mansión de los espejos. Hoy, años después, ante un público numeroso y entregado, presentó en Nocturama su segundo disco, la caja negra.
Con un formato de trío eléctrico que contaba con los músicos Adrián a la batería y Estefanía al bajo a quien presentó reivindicando un mayor protagonismo de la mujer en la música, el concierto gozó de transmisión y complicidad poniendo de manifiesto el buen momento en la carrera de Carmen Boza.
Y quizás el secreto de su éxito está en sus canciones a las que nos invitó a escuchar como si emprendiéramos un viaje hasta el fondo de ellas. Así conocimos su filosofía en «Mantra» y hasta el cierre con «poetas» Carmen estuvo cercana y conjugando voz y guitarra en una noche aún fresquita y a cuyos seguidores más entusiasmados y por lo general jóvenes seguro que se le hizo corta.
Y para combatir ese fresquito el Meister comenzó su actuación invitándonos a juntarnos en torno a él y al acogedor segundo escenario. Con su particular ingenio,y admiración por Valle Inclán el vocalista de Arizona Baby nos ofreció su cara más personal y espontánea en este proyecto.
Además de interpretar temas contenidos en «bestiario» nos obsequió con una versión de Carrusel de un grupo pucelano de los 90, el final que personalmente me encantó así como sueño con serpientes de Silvio Rodríguez.
Otra gran noche que sumamos a falta de la recta final que viviremos la semana que viene y que esperamos vivirla, cómo no, Musiqueando en Nocturama.
Fotografías: Oscaromi