Manuel Carrasco llega a Cádiz con su último trabajo «La cruz del mapa», ante un muelle del puerto gaditano abarrotado de fans, a la primera de las citas del ciclo de conciertos de Música del mar. El artista onubense comienza su concierto en Cádiz con un recuerdo a Juan Carlos Aragón fallecido el viernes pasado, poeta y filósofo, escritor de renombre en el carnaval gaditano, siendo éste uno de sus máximos exponentes. Comenzó el concierto con uno de sus pasodobles, del año 2004, de su comparsa 1800 los inmortales, «Yo me enamoré de ti» detrás de un telón semitransparente el cual calló con su primera canción «Me dijeron de pequeño», una declaración de intenciones, la primera de las piezas que interpretaría en un escenario con grandes pantallas donde se podía visualizar la latitud de Cádiz. Empezaron los aplausos y todo empezó.
Seguidamente arrancaba con «Yo quiero vivir» y «Los primeros días». El feedback con el público era palpable, repasando obras como»Aprieta», Manuel estaba entregado en un concierto que duraría las más de dos horas y media, se sumaron «Que nadie», «Vete» y «La mujer de las mil batallas» canciones reivindicativas en contra del maltrato y la intolerancia, donde gritaba con rabia y fuerza dicha palabra, ¡Vete!.
Manuel, el que se dirigió a la memoria de Juan Carlos Aragón con esta frase «No te engañaría si te dijera que es una noche con sentimientos encontrados, no deja de ser una noche triste a los que amamos el arte, nos deja una huella en el corazón que es irreparable.». También pidió ayuda «Ayúdame Cádiz para que esta pena la cantemos juntos y le hagamos el homenaje que se merece el gran capitan veneno, Juan Carlos Aragón.»
Con un bloque con canciones como «Te veo entre la gente», «Uno x uno» el de Isla Cristina hace cantar y disfrutar de niños a mayores, un aforo abarrotado entregado a sus pies.
Manuel se colocó la guitarra sin saber qué canciones iba a tocar, decidiendo interpretar «Menos mal» al que le siguió «Soy afortunado», ese pasodoble medio cantado, medio recitado. Un repaso a anteriores trabajos con «Me gusta», «Ahora», «Siendo uno mismo» y en un último arreón «No dejes de soñar» y «Tambores de guerra» donde hubo un minúsculo descanso del artista.
Un cambio rápido de vestuario para sentarse al piano donde Manuel se emociona, le canta a su hija, que según cuenta es la primera vez que va a uno de sus conciertos y el público le dedica una gran ovación y le canta «Mi única bandera», también interpretó «Me miraste».
Otro recuerdo al poeta gaditano con pasodobles de «La banda del capitán veneno», «Los parias» y el mítico pasodoble del primer premio en chirigotas de 1999 «Los yesterday» , el himno ya «Aunque diga Blas Infante».
Una presentación a los músicos que lo arropaban, y llegó el final del concierto con «Que bonito es querer», donde Manuel recorría el escenario de lado a lado ante el fervor de un muelle lleno y donde en Cádiz, se clavó la cruz del mapa.