Hace tiempo que no iba a conciertos de cantautores en general, y especialmente a uno de Alfonso del Valle. Hacía tiempo que mi mente no se trasladaba por unos instantes al lugar donde son capaces de llevarte esas canciones, esas melodías.
Anoche, gran suerte la mía al poder asistir de nuevo a un concierto de Alfonso, y no a uno cualquiera, sino a un especial donde nos deleito con un repertorio de canciones de 1995 al 2000 en un sitio emblemático y sin igual como es La Carbonería.
A las 21:30, aproximadamente, dio comienzo lo que sin duda iba a ser una gran noche. Comenzó con “El calor de su mirada”, y en “Aunque fuera por compromiso” todos entrábamos en el paraíso que nos brindaba. Algo esencial, son las introducciones de las canciones, acompañadas por el único sonido de las cuerdas de la guitarra, donde, incluso a veces, parecen formar parte de la misma canción. En tal concierto no podía faltar el respaldo de sus “colegas”, como en este caso Fernando Saez a la armónica. Con “En outside” prosiguió hasta llegar a “Como hijos de un Dios menor”, que a pesar de ser una canción dedicada a los sordos, te das cuenta que hay mas de uno que oye y necesita de sus manos, su mirada, para expresar lo que no encuentra en palabras. “En celofan” nos envolvió. Sin más lejos que pensar que sus primeros años fueron de -plastautor- (como él nos dijo), su dulce y susurrante voz hizo que aquel instante fuera mágico. Alfonso dio paso a Chiqui Calderón quien, a pesar de decir que estaba nervioso, eso solo le ayudo a hacerse grande delante de todos los presentes. Entre Chiqui y Alfonso poniéndole interés en “Poco más o menos” dieron paso al descanso.
Tras la pausa, continuaron canciones -mu bonitas- (como diría Alfonso) donde nos trasladó a su niñez, cuando era un infante que cazaba zapateros en “Tal vez no fue así”. Desde el anonimato de una bailarina, que bailaba sentada al ritmo de cada canción de su querido cantautor nos llegó, “Los pies de puntillas”. Otra colaboración, esta vez el trianero Raúl Arteaga que maravillándonos con su saxo, acompaño “De noviembre a Enero” a Alfonso. Esta vez con Chiqui, llegamos aun momento grande del concierto, al menos para mi, “Entre tartas de café”, entre la letra y con ese estribillo como susurrado al oído, hace que sin querer, aparezca una sonrisa en tu mirada. Chiqui, solo nuevamente, tomó aire y comenzó “Hoy como ayer te recuerdo…”, dejándonos una vez más sin aire a los que estábamos allí. Se aproximaba el final y Alfonso se hizo poco de rogar, ya que según él es -Un hombre fácil- para una canción más. Vuelve Chiqui en dos canciones más, quien le dedica grandes palabras de cariño a Alfonso, demostrando no solo la gran amistad, sino complicidad que hay entre ellos. Esta canción del 97 -Tenía 2 telediarios-, y ya ves, aun la siguen aclamando en los conciertos, hablamos de “Entre estaciones”. El público sigue aclamando más canciones cuando llega “No hay lágrimas”, contándonos la historia de Hassam el “moro” que vendía libros en una trastienda para no morir. Acercándonos ya al final (de verdad), Fernando Saez cambia el ritmo con “Amores que matan”, despidiéndose con su “Goodbye Guarra!!!” con el que consiguió hacernos reir y pasar un momento entrañable a todos. Para terminar, junto a Chiqui, nos regalaron “Flores de papel”, para que nadie le tenga alergia a la primavera que se nos avecina.
Os lo recomiendo, id a sus conciertos porque siempre hay algo nuevo, algo diferente pero lo que es más importante aún, que a pesar del tiempo que llevaba sin verlo me ha regalar unos nuevos instantes inolvidables.