Cuando escuchas un disco por primera vez estás nervioso, sientes mariposas en el estómago, estás inquieto por descubrir lo que vendrá.

La semana pasada tuvimos el placer de escuchar en primicia Aurora, lo nuevo de Fuel Fandango, un mes antes de su salida a la calle.

Esa sensación se presentó a la vez que los culpables de la misma. Nita y Ale Acosta entraron tímidos a la sala de Warner Music donde les esperábamos impacientes.

Nos dedicaron unas breves palabras, se les notaba tan nerviosos como a los que les esperábamos, y enseguida nos dejaron a solas para no ser testigos directos de nuestras primeras reacciones.

Creo que les hubiera gustado estar presentes, ver las afirmaciones, sonrisas, buen rollo que generaron con esta primera escucha, aunque después tuvimos tiempo de comentarlo con ellos, accesibles, sencillos, receptivos ante todo lo que escuchaban.

Podríamos resumir el 3er disco de esta pareja, ya consagrada como GRUPO con mayúsculas, como poesía musical, un disco sin fronteras con la esencia de la banda combinando mundos tan dispares como la electrónica y el flamenco (tan característico de Fuel Fandango) pero añadiéndole notas de los sonidos que han descubierto en sus viajes por medio mundo, sonidos de la música negra africana, el folclore latino americano o los sabores de la cultura asiática.

Aurora es más que música, se pueden descubrir matices de tradición, cultura, recuerdos de viajes y paisajes.

Ya han adelantado los 2 primeros sencillos, “Salvaje” y “Toda la vida”, composiciones ambas con una fuerza arrolladora que te dejan con ganas de escucharlas en bucle y te levantan el ánimo de una forma irremediable.

El disco cuenta con colaboraciones de Estrella Morente y El Niño de Elche que añaden aún más si cabe esa fuerza, pasión y energía a un grupo que es sinónimo de ellas.

Las letras están tan cuidadas que la mezcla del inglés y el español se hace de forma natural, no hay saltos entre los dos, construyendo así un nuevo idioma musical muy propio.

En palabras de los propios protagonistas “son las mejores canciones que hemos escrito hasta el momento, funcionan desnudas, solo a guitarra y voz”.

No podemos estar más de acuerdo con ellos.