En un Cartuja Center Cite hasta la bandera el pasado viernes se dieron cita dos muchachos de Isla Cristina solos con sus guitarras y un taburete ante unas 2000 personas que los esperaban, rondaban las 21:10 de la noche cuando se vinieron abajo las luces, en la escena se veía solo dos taburetes blancos altos, una mesa entre ellos y amurallados de forma semicircular por algo más de una docena de luces.
Aparecían Félix y Migue, Migue y Félix, un dúo que lo mires por donde lo mires no tienen quiebras, se compenetran a las mil maravillas y es que son muchos años codo a codo, canción a canción.
Primero de todo, antes de cantar ya daban las gracias al público e hicieron su típico baremo de gente que han asistido a sus conciertos y gente que no, quienes no los conozcan han de saber que Antílopez es un espectáculo que va de la canción de autor a la comedia, hacen un género inclasificable pero que hacen las delicias de los asistentes y si los ves una vez en este tipo de formato probablemente acabes volviendo a verlos porque quien sale de un show de estos dos sale vuelto fan.
Comenzaron a interpretar un viaje musical, con el inicio de un canto gregoriano (haciendo humor con eso, como no podría ser de otra manera) pero realmente fue con Mientras, canción de su último disco Mutar Fama publicado en 2021 con la que empezaron su concierto para enlazar con Musa en paro, un clásico ya de su repertorio, donde hacen que la gente responda a sus cánticos cual concierto de reggae.
Y es que Antílopez se mueven como pez en el agua en cualquier género musical, y pueden pasar de un reggae a una bachata, como es Sabor a malta son así y más si aderezan las canciones con pequeños monólogos previos, siempre super divertidos, no desgranaré ninguno para que si te da la curiosidad al leer esto acudas al siguiente concierto que tengan cercano.
Para la canción que vendría después ellos desgranan la vida de los músicos y del estatus de los músicos y de cuando un músico de su talla pues tiene pareja, la canción a interpretar no podría ser otra que Ser músico.
Y hablando de amores, hablan de los amores tóxicos, donde cantan ahora con una actitud flamenca en Metralla, medida y viaje, que es otra de las canciones donde el estribillo la canta todo su público y como saben hacer comedia de todo, se pusieron dos baberos blancos para hacer un mini monólogo sobre lo foodie y como se come hoy en día para interpretar a continuación su Vals para ballet de panza contemporánea donde tiene una letra exquisita, no se puede perder la atención en todo lo que hacen porque sacan oro de cualquier juego de palabras.
Saben jugar con los tiempos y con la gente y a cualquier comentario que les envían desde el público saben darle la vuelta y jugar con eso, como por ejemplo en La cobradora del track, dieron inicio a la canción tras un cántico que se les lanzó desde las butacas.
Particularmente cuando se ponen aflamencados, en este caso Miguel he de reconocer que me encantan y es que arrancaron con Loco para enlazarlo con Carta a mi Chari y Boca barata haciendo un medley rumbero.
Y de la rumba a un punto de vista nuevo de La fiebre del lodo, canción que fue primer adelanto de Mutar Fama y para la siguiente canción Félix y Migue quieren que sea un himno en un futuro, un Hotel California, pero dicen que no tienen todavía la categoría de Hotel y se van rebajando niveles hasta acabar en perrera municipal California, se refieren a Esta canción para hacer un falso final y marcharse, pero volverían rápidamente para hacer un bloque final donde empezarían con Suerte, canción que Félix dedicó a su hermano asistente en el recinto y la verdad que fue un momento súper bonito y especial y no fue menos cuando Miguel interpretó Canción privada, para mí, una de las joyas de la corona, canción referente, de su álbum Desprendimiento de rutina.
La siguiente canción traía forma de sorpresa ya que era estreno en primicia para este concierto de Félix, de una canción marca de la casa, sosegada y calmada, con esas tres canciones se marcaron un bloque delicioso a la par de hermoso, todo melodía calma y altas dosis de buen gusto.
Se veía venir que ya si que se iba acercando el verdadero final del concierto, otra marca Antílopez son las canciones con juegos de palabras, como es Activíctima, también hubo tiempo de rescatar Prefiero, de sus primeros himnos y como no, quien lo ha visto sabrá que en los conciertos de Antílopez se terminan con el “Jose somos todos”, evidentemente se acaba con Vuélcalo to ya.
Este que os escribe se volvió a enamorar de estos dos isleños porque cuando funcionan en este formato dúo ahí es donde reside su esencia y su magia y lo volvieron a hacer, esta vez en un Cartuja Center Cite hasta la bandera y es que en Sevilla comenzó su historia y es en esta ciudad donde, sin duda, acabará, según sus propias palabras.