Después de dos años me enfrento de nuevo ante la hoja en blanco para describir lo que el pasado jueves viví en el Lope de Vega, lo hago con esos nervios que volví a sentir después de mucho tiempo y es que era la vuelta de Migue y Félix, Félix y Migue, estos dos equilibristas de la palabra y del buen gusto que se hacen llamar Antílopez y llegaban al Lope de Vega para presentar su último proyecto, su último trabajo, titulado «Mutar Fama», el día estaba bien caluroso pero ya sabía yo conociendo a estos dos que se encargarían de echarle mas leña al fuego y si por fuera hacia calor, dentro del teatro lo iban a echar a arder con sus letras satíricas, irónicas y mordaces.
Se veían dos taburetes, dos micros, un perchero y algunas pistas de lo que vendría después (los que los conocemos un poco ya sabemos con esas pistas que cosas son las que se van a venir), y ahí aparecen los dos, ataviados de igual manera y saludando al público del Lope que lo arropa con una sonora ovación, hacen su típica encuesta para ver cuánta gente los ve de nuevas y quien los ha disfrutado más veces, presentan el proyecto para los novatos y nos adentramos en ese viaje musical atípico, donde se entrelazan canciones con historias, humor, reivindicaciones y algo de absurdo, como lo es empezar el concierto con un canto gregoriano para pararlo y proclamar que… ¡Alejandro Sanz los sigue por Instagram! y es que ellos son así de auténticos, pero poniéndonos un poco más serios dan comienzo ya sí con «Suerte», a la que le sigue «Musa en paro» donde explican los orígenes del reggae con dosis de buen humor y llega una cosa que me sorprende, por primera vez desde que los escucho, y van siendo unas cuantas de veces, siempre los oí o a guitarra y voz o con banda, pero es la primera vez que le piden al técnico que les ponga una base y es que llegaba «Sabor a malta» una bachata que como su propio nombre indica tiene mucho sabor a las bachatas de toda la vida y claro es que no es lo mismo una bachata con esos toques percutivos, una delicia a fin de cuentas.
A sabor a malta le precede un pequeño monólogo, al igual que a «Ser músico» o a «Metralla, medida y viaje» y es que no hay artista que de paso a una canción con más gracia que estos dos, para cada canción tienen esas píldoras de humor, a veces satírico a veces mas chascarrillo, que haces que te metas del tirón en lo que se viene. También agradecen a la ciudad de Sevilla no solo por llenar el teatro sino que también es la ciudad que más los sigue por plataformas digitales y mas reproducciones y streamings tienen.
Con «Hijos de España», canción que rescatan de su álbum «Por desamor al arte» de allá por el 2013 nos hacen sentir como si parte de la realeza europea fuéramos con otro de sus monólogos, no, no los voy a detallar primero porque perdería muchísima gracia y segundo porque eso es para verlos como se meten en el papel y como interpretan, tras este hijos de España, Félix se queda solo en escena para interpretar «La primavera», una canción nueva de su último trabajo pero que suena a clásico de toda la vida, es como si Silvio, Aute o cualquiera de estos dioses de la canción de autor se la hubiera recitado al oído, es una delicia de canción interpretada magistralmente, pero como estos dos son así, pasan de lo delicado a la crítica dura y feroz, solo les basta ponerse dos gorras cual raperos y que Migue diga de nuevo… lanza la base para interpretar «Mutar fama», canción que da título a este nuevo trabajo, canción que habla sobre los tejemanejes de la industria musical y lo que se mueve en esos ambientes, dando a diestro y siniestro para no dejar títere con cabeza, chapó, de verdad, dicen verdades como catedrales y es que va siendo hora que el sector vaya cambiando y no que se concentre en unos cuantos elegidos.
Siguiendo con la presentación del álbum, presentan «La fiebre del lodo», precisamente fue el primer adelanto que hicieron hace algo más de un año, por marzo del pasado año, para supuestamente terminar con «Esta canción» pero es que no les da tiempo apenas de soltar las guitarras cuando todo el Lope pedía otra, otra y otra, evidentemente volvieron enseguida.
A la vuelta deciden que es un buen momento para recibir peticiones del público y aquello se convierte en un barullo de gritos de canciones a las cuales toman nota y se disponen a deleitarnos con algunas de ellas, comienzan con «Suerte» a lo que le sigue una debilidad personal, «Canción privada» (qué maravilla de canción, de verdad, te apuñala por dentro, te retuerce y ya de paso te saca unas lagrimillas), se van animando con «Prefiero» y hacen un popurrí rumbero con canciones como «Loco me llaman»/»Carta pa mi Chari» y rematando con «Boca barata», tirando de éxitos de su repertorio se van a «La gatita presumida» y «Analfanauta» para cerrar con otra de esas canciones que han llegado para quedarse, «Activíctima» pero el Lope no estaba dispuesto a que se fueran sin cantar ese ya aclamado ¡Jose somos todos, Jose somos todos! y sí, todos fuimos Jose cantando ya de pie al unísono el «Vuélcalo to ya» y eso hicieron volcaron todo sobre las tablas del Lope de Vega en Sevilla estos dos chavales de Isla Cristina, donde hicieron reír a carcajada, crítica social, música de categoría, buenas letras, humor inteligente, y es que todo eso y más son Migue y Félix, Félix y Migue, Antílopez, dos cancionistas dignos de jugar en las mejores de las ligas, así que si tiene ocasión, hágame caso, pille una entrada y disfrute, porque una vez que lo haga… será uno más en el equipo.