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Amparo Sánchez demuestra que su alma es de cantaora

Poradmin

Nov 16, 2012
Suena la voz de la abuela Margarita, Amparo Sánchez sale al escenario de Malandar acompañada de batería, contrabajo y guitarra. Sin mediar palabra comienza a entonar La flor de la palabra, tema inspirado en un texto del Subcomandante Marco, porque “la palabra no muere”, como bien indica la letra. Y es que Alma de Cantaora es un disco lleno de muchas cosas, de reivindicaciones, de amor, de intimidades y, sobre todo, de mucha Amparo, como ella misma lo define.
 
 
 

Continuaba la noche con Turista Accidental de su anterior trabajo Tucson-Habana, del que también se pudieron escuchar Hoja en blanco y Mi suerte, en la que la jienense indicó que esta letra le sirve para recordar la suerte que tiene en la vida. El público, aunque no llenaba la sala, se iba animando y si no se animaba Amparo se encargaba de hacerlo, porque son muchos años en esto de la música y tiene muchas tablas sobre el escenario, y eso se nota.

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Se hizo cálida y cercana, improvisando en algunos temas como Pulpa de Tamarindo o El destino, y enseñando las letras de los nuevos para que el público la acompañase en Fuera fiera y La cuenta atrás, lo cual no hizo falta para Somos viento o Corazón de la realidad, dos de sus temas de siempre que hicieron bailar, saltar y cantar hasta al más parado.

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Sus letras siguen hablando de lo mismo, de paz, amor, igualdad y solidaridad, de lo que a ella le importa, con lo que se siente comprometida y es por eso que dejó para el final Alma de cantaora, porque es como se siente, porque es lo que es.

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Pero como suele ocurrir en estos conciertos íntimos, el público no quería dejarla marchar. Así que salió de nuevo al escenario para rendir homenaje a Chavela Vargas con Qué te pedí, hacer que los melancólicos bailasen al ritmo de En la noche y terminar finalmente con La parrandita de las santas y una bendición de los Orishas, Osogbo atribulao, esta vez, eso sí, con el público bien cerquita para que ella pudiera verle las caras y despedirse como es debido hasta la próxima.




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