Cuando uno escucha por primera vez Ocaso es fácil prever que estás iniciando un viaje con lo que bien haría despertando sus sentidos (como imperan desde el primer tema) y prepararse para una escucha activa rica en matices e impregnada de una dulzura melancólica
Juan Antonio Salinas y Mónica Navarro entrelazan sus voces jugando a dar más o menos luz según la canción lo merezca. En Que no vemos una prevalencia pop, de estribillo incesante, melodía casi susurrante en Alejandra (aparte de grandes dibujos de la percusión). Nocturno nos lleva a la frontera de la ensoñación para inmediatamente abrir los ojos con delicadeza en Despierta.
Los granaínos aceleran el paso en Visiones, una de las más rockeras del disco (quizás junto a Palabras sucias) sin perder contemporaneidad antes de otra de las joyitas del disco con protagonismo de la guitarra acústica en el homenaje que le hacen a Bowie y su Starman en El hombre desde las estrellas