La sevillana sala X, dentro de su apuesta por la buena música en directo, acogió una banda mítica en el panorama del rock andaluz, Alameda. Y tuvo que ser la noche del 4 de diciembre, noche andaluza por antonomasia sin luna llena ni aire cálido de abril, pero en el recuerdo de al menos dos de los presentes a un día tan significativo, quienes reivindicamos ese recuerdo bajo la sombra y el sueño de la bandera andaluza bajo las canciones de Alameda. Aforo reducido, y una buena banda acompañante, entre ellos, Miguel Torres, a la batería, Alvaro Girón a la guitarra y al bajo, Manuel Nieto. Pepe Roca y Rafael Marinelli hacían el resto.
“Calle Arriba” abría la noche, uno de los trabajos más recientes, seguido de “Luna”, una auténtica maravilla musical cantada incluso por David Bisbal, algo que sorprendía a los presentes. El sonido al más puro estilo Cai de “Calle Feria”, con una introducción de “noche andaluza”, precedieron al homenaje, uno de tantos homenajes en la noche de Alameda, a Manuel Molina. Toñi García, a los coros, se aventuraba en enfundarse en la voz de Lole con “Todo es de Color” y Pepe Roca en el llorado Jesús de la Rosa en “Hijos del Agobio” y en una desmemoriada “Recuerdos de una noche”. Le continuó una versión de “La leyenda del tiempo”, básicamente como reconocimiento y reivindicación de dos de sus padres, allí presentes sobre el escenario.
Empezaba lo mejor. “Aires de la Alameda” con un paseo por Triana y sus atardeceres en una “Violeta y rosa”; “Violeta y rosa está el cielo dormido sobre Triana, pájaros de tinta china suben a la luna y bajan”, la mejor antesala para el recuerdo a Juan Manuel Flores, autor de “Ojos de triste llanto”, una joya proveniente de la magia del poeta trianero, que junto con “Matices” fue para mí lo mejor de la noche, por muchas cosas, entre ellas, por la exquisita serena sonoridad del teclado de Rafael Marinelli, palabras mayores de la música.
Un “Amanecer en el puerto” donde Marinelli fusionó el “Concierto de Aranjuez” con final apoteósico ya a los bises, y un “Tu Frialdad” cantada a coro, dieron por finalizada una noche alamediense que sonó más a Triana, y que hizo que los presentes celebrásemos de manera especial el verdadero día de Andalucía respirando el quejío de los nocturnos aires de la Alameda, donde amanecer es surcar las estrellas…