Desde Francia Simon Buret y Olivier Coursier o lo que es lo mismo, Aaron nos proponen en "Artificial Animals Riding On Neverland" un complejo viaje donde funden lo clásico con lo moderno para conseguir un ambiente sonoro denso de tintes trágicos y profundos.
No en vano la mezcla del piano o el violín con elementos electrónicos convierte las canciones en una especie de máquina del tiempo donde quien las escucha puede retroceder o adelantarse pasando por varios "vacíos" durante el propio viaje.
El empiece es brutal con "Endless song" y "U-turn (Lili)" que sirvió como banda sonora de "Je vais bien ne tén fais pas" y contienen además una carga emocional más que interesante. Luego es cierto que el disco pierde frescura y se hace algo homogéneo aunque "Blow" es otra extraordinaria canción y la versión de "Strange Fruit" de Billie Holiday resulta también interesante.
Este es un disco al cual decidí dedicarle su tiempo, entenderlo e incluso asimilarlo y así hice. Resulta melancólico y triste en mucha de sus fases pero a su favor tiene una cosa muy importante, la tranmisión, cierto desgarro vocal y una conjunción instrumental notable.