A más de uno sorprenderá que estos cántabros lleven desde 1998 haciendo música con más de 200 actuaciones a sus espaldas. Posiblemente esa trayectoria haya pulido su estilo a un pop-rock expresado con confianza.
Con esa seguridad critican el inmovilismo y la hipocresía en la inicial Sólo hay que luchar y adornan una de las más sentidas composiciones con acertados teclados en Allá donde estés.
Uno de los puntos fuertes de esta agrupación clásica de 4 componentes pasa por la voz de David Argos, asentada y con fuerza para transmitir esos estribillos cargados de mensajes e intensidad en un plausible equilibrio. Sueños de cristal nos presenta de nuevo la cara comprometida de la banda firmando una gran canción contra el maltrato.
Un tercer trabajo de estudio con muy buenas sensaciones, con sensibilidad y empatía que a veces en el rock brillan por su ausencia.