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2Calderón + Zahara, 13 de febrero, sala Malandar (Sevilla)

Poradmin

Mar 3, 2008

Reflexionando sobre el rumbo de la sociedad. Así comenzó el pasado 13 de febrero el concierto de cantautores de la talla de Joaquín Calderón, Zahara y Chiqui Calderón que pudimos presenciar en la sala Malandar.

 

 


Joaquín Calderón fue el encargado de romper el hielo. Lo hizo con una canción donde nos invitaba a convertirnos en anfibios y pasear por el contorno del mundo. Una mezcla de sonidos guturales y el singular son de las cuerdas de su guitarra dejaron atónitos a todos los espectadores. A continuación, invitó al escenario a su “colega” Adolfo, quien le acompañó en sucesivas canciones brindándonos un dúo de tenor y alto que no dejó a nadie indiferente.

 

A petición popular, se decidió a realizar una improvisación para demostrarnos a todos que “la música no está escrita, sino que está en el aire”. Comenzó grabando una base con la guitarra que definía el compás grueso de lo que vendría después. Percusiones, “sonidos electrónicos” que se inventó rasgando las cuerdas de su guitarra con la púa, el sonido natural de una catarata (que hizo soplando sobre la caja de su guitarra), etc; fueron algunos de los compases que se sumo a la base principal. Con esta mezcla repitiéndose con carácter cíclico, remató como sólo él pudiera hacerlo: con el violín. Así continuó improvisando dejándonos boquiabiertos. Tras grabar un par de bases más con el violín, volvió a improvisar esas partituras no escritas que crean la música. Impresionante. Sencillamente impresionante…

 

Esto no había hecho más que empezar. Le siguió una canción donde la artista de Úbeda, Zahara, le acompañó a los coros. El papel que ésta portaba en su mano, nos hacía pensar que la canción no estaba muy preparada; pero si hubiésemos cerrado los ojos mientras ella nos miraba con esta canción, “Mirándote” repetía el estribillo… ¿seguro que no estaba preparada?

 

 

Así fue la presentación de esta joven desconocida para algunos, seguida del fiel Alfonso Alcalá al contrabajo. Mientras ella dejó escapar su timidez para soltarse con “Olor a mandarina”, nosotros observamos su peculiar forma de moverse que nos envolvía con sus letras trasportándonos a un mundo utópico. Ya con la guitarra en sus manos, nos invitaba a mirar un punto infinito, mientras el amor nos cegaba confiando que esa persona volvería sin hacer nada por recuperarle. Seguramente, Zahara, soñó alguna vez ser una “Chica Pop”, sueño hecho realidad y no en un papel fotográfico sino sobre las tablas del escenario donde nos “grita” y trata de hacernos olvidar…Sigue “La canción más fea del mundo” dedicada a Alfonso Alcalá, donde las primeras impresiones cambian en cuestión de segundos, y todo aquello que un segundo antes nos parecía maravilloso, dejó de serlo…estaba pasando otra vez. Solo llegamos a ver salir aviones, con la esperanza de querer volar un día en uno de ellos, con “Merezco”, esperando llegar alguna vez a tiempo. Insistió y, llegado este momento del concierto, “Con las ganas” consiguió ganarnos a todos, increíble canción e interpretación donde las haya. Canción sentida, susurrante, profunda, conmovedora…acompañada de la guitarra, perfecta, nos quedamos con “…No quiero no estar a tu lado…me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos”. Zahara se despidió con “Cambio de dirección” cada uno a su lugar, pero deseando que vuelva pronto a Sevilla esta voz joven y dulce.

 

Toma nuevamente el escenario Joaquín Calderón acompañando a su hermano Chiqui. Como resultado de un viaje a África y con aires marroquíes nos trajo “Azafrán de hierbabuena”. ¿Cuánto más se le puede pedir a Chiqui cuando la voz se distorsiona y desde dentro nos la lanza transformada en quejido?, “Cuanto mas”. Un Chiqui nervioso o quizás cansado de alguna situación, compartió con nosotros “De piel y hierro” dedicándosela a “ella”, (alguna que otra quiso ser esa “ella” por unos instantes), en la que a pesar de que se le fue la letra, continuó con total naturalidad sin que nos diésemos cuenta, ya que estábamos sumergidos en su voz “a capella” dejando a un lado el micro, gran momento. Forma cercana y con fuerza de interrumpirnos la que tiene Chiqui Calderón, hoy especialmente expresada y percibida por el público.

Apostando alto, Desde aquí el mundo empieza al final de mi nariz…hizo que escucháramos una de las grandes canciones de la noche antes de despedirse, puesto que el concierto daba ya sus últimos coletazos. Se despide al ritmo de “Candela”, canción cantada con cariño al ser la primera que hizo, terminó pisando fuerte, nosotros tampoco podemos “seguir sin verte” así que te esperamos verte pronto.

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