Un pequeño reducto de fieles seguidores de Iron Maiden vivieron en los cines de las principales ciudades del país una noche mágica, un acontecimiento sin precedentes, la proyección del mítico concierto Live After Death.
Tras una dura jornada laboral nos presentábamos en el cine para ver un concierto de Heavy Metal, nada más llegar al centro comercial, me alegra ver a los siempre fieles fans de la banda, y un escalofrío me recorre el cuerpo al entrar en la sala y escuchar en el hilo musical del cine música de los Maiden.
Esta banda de cincuentones está de actualidad, no solo por la inminente salida del DVD Live After Death, sino por una nueva gira mundial en la que como peculiaridad, disponen de un avión privado pilotado por el propio vocalista de la banda Bruce Dickinson.
No es por que hayan vendido más de 50 millones de discos,
ni por que congreguen a miles de personas en cualquier país que visiten,
no es por que sean el grupo mas famoso dentro de la historia de Heavy Metal,
tan solo es por que anoche me sentí como un crío al que le hacen un regalo inolvidable,
por que sus canciones forman parte de mi día a día,
por que me emociono y enorgullezco de ver la fidelidad de toda la gente que adora a esta banda,
por que lo que debería ser un lunes insulso se convirtió en una fecha para recordar,
por que 28 años no son nada para un grupo que sigue sintiéndose joven.
Up the Irons!